Estamos cumpliendo ya un año de esta pandemia que ha hecho que muchas cosas cambien, y aunque todo obra para bien en la vida de la iglesia, algunas cosas están afectando a las congregaciones a nivel global.

He visto que esta pandemia ha causado buenas cosas en la congregación donde el Señor me permite servir. Con agradecimiento a Dios, veo a todos esos hermanos que son parte de la iglesia expresando su gran necesidad de regresar a congregarse después de varios meses donde por obediencia a las autoridades (Romanos 13:1-2) tuvimos que evitar las reuniones presenciales. Ellos tienen sed, como cuando pasas tiempo en un desierto y quieres llegar al oasis para beber, así los veo: con una gran necesidad.

Pero veo otros que no tienen esa sed de congregarse, al parecer podrían adaptarse muy bien a una iglesia virtual. Para ellos estar en casa, quizá pararse más tarde el domingo, tomar la predicación en pijama mientras desayunan, incluso echarse una siesta mientras está la enseñanza o la predicación podría ser el ideal de iglesia dominical para su vida. Han tomado la predicación y la enseñanza como un complemento en lo que hacen otras cosas en casa.

Hay iglesias que han malentendido la necesidad actual del creyente, han hecho de su iglesia todo un monstruo tecnológico para transmitir por las redes sociales, sus servicios con todo y alabanza son transmitidos por internet, las enseñanzas todas ya están en linea, incluso el predicador ya tiene su sermón grabado previamente y recurre a la programación de YouTube para que la tecnología se encargue de transmitir en “vivo” algo que fue grabado en la semana, y así el predicador o pastor está en su casa el domingo “descansando”…  Aun con pandemia, el domingo no deja de ser el día del Señor. 

Incluso desde la página web de algunas congregaciones ya se puede ofrendar, pedir oración y demás; todo en línea. Su idea, a pesar de que ya pueden regresar a las reuniones presenciales, es quizá abrir dentro de algunos meses más o quizá abrir hasta el 2022. Esto sería una desgracia.

No quiero ser irónico, yo he sido el más interesado en que si hay algún hermano o hermana con un motivo extraordinario y razonable para quedarse en casa, lo haga; si está dentro de un grupo vulnerable, si está enfermo de COVID-19 es obligatorio no salir, si hay contacto con un enfermo de la misma manera, guardar un tiempo en casa hasta que el riesgo pase respetando todos los lineamientos sanitarios es importante.

Pero hay hermanos que están bien, no son parte de los grupos vulnerables, salen todos los días con toda precaución al trabajo, al supermercado, incluso dicen que no es lo mismo hacer el súper en línea que ir al supermercado y comprar sus cosas directamente: dicen que es mejor escoger la carne personalmente, las verduras y frutas.

Por ello la pregunta es: ¿será lo mismo congregarse virtualmente por Facebook que hacerlo presencialmente?

Si no hemos dejado de ir al trabajo aun en la pandemia porque es nuestra obligación, si no hemos dejado de ir al súper, o de visitar a alguien en su casa, si hemos ido a un restaurante (ahora que ya permiten el servicio) e incluso algunos han ido al cine, ¿por qué algunos han dejado de asistir a la iglesia desde hace ya prácticamente un año?

Siempre he tenido esa inquietud, ¿por qué muchos cristianos no falta a su trabajo pues lo ven obligatorio, pero sí pueden faltar a la iglesia los domingos al verla como una opción y no como una obligación? ¿Por qué consideran que hacer iglesia es tomar el dispositivo y entrar a “ver” la predicación por Facebook, o incluso ver la predicación de otra congregación?

Creo que la respuesta puede ser diversa pero podríamos definirla en una sola: “No sabemos la importancia y singularidad de congregarnos presencialmente en la iglesia cada domingo”.

No podemos negar que las redes sociales han sido de gran ayuda en medio de la pandemia, la verdad no sé cómo le hubieran hecho tantas iglesias para poder seguir en contacto con los congregantes, pero hoy (9 de marzo del 2021) ya las iglesia pueden abrir con todos los lineamientos sanitarios y aun así los creyentes siguen en casa.

Vivir un compromiso con una iglesia local involucra muchas responsabilidades: salir y poner ejemplo de un estilo de vida piadoso en la comunidad, ejercer los dones espirituales en servicio diligente a los hermanos, contribuir financieramente a la obra del ministerio, proveer y recibir amonestación con mansedumbre y en amor, participar fielmente en la adoración colectiva y demás actividades que serían imposibles si parte de la iglesia o toda se congrega por Facebook o Youtube.

No es solo que mandes tu ofrenda por PayPal sino lo apropiado es agradecer a Dios con tu ofrenda en la adoración colectiva. Una iglesia virtual no es una iglesia cristiana, un pastor virtual no es un pastor, un congregante virtual puede ser que incluso no sea cristiano.

Es apremiante considerar que la iglesia está en riesgo y que entre más rápido regresemos a las reuniones presenciales evitaremos que muchas iglesias sufran al punto de desaparecer y que hermanos se enfríen espiritualmente.

Yo sé que Dios tiene el control de todas las cosas, lo sé, pero también sé que en Su control Él ha dado su Palabra para hacernos ver la importancia de congregarnos aun en los momentos más complicados:

Hebreos 10:25 Reina-Valera 1960

25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

La iglesia es un cuerpo vivo y unido a la Cabeza que es Cristo, los miembros del cuerpo están unidos entre ellos y se necesitan los unos a los otros; esta magnífica analogía de lo que es la iglesia la encontramos en la primera carta que Pablo escribió a los Corintios en el capitulo 12.

Si has leído el pasaje con toda honestidad, ¿crees que un cuerpo fragmentado o mutilado con todos los miembros esparcidos puede vivir? ¿Será que el cuerpo podría vivir sin un pie, una oreja o un ojo, sin un riñón? La respuesta es sí, mientras que a ese cuerpo no le quiten la cabeza, podrá vivir pero si la oreja dice: no voy a ir a la reunión a integrarme con los demás miembros, mejor lo veo desde casa, ¿qué pasará con el resto del cuerpo o de la iglesia?

A un cuerpo le pueden quitar un pie y ya no será como debe ser, cojeará ese cuerpo. Le podrían quitar un ojo y ya no tendrá una correcta visión, cualquier falta de un miembro hace sufrir a todo el cuerpo y lo debilita para cumplir su propósito. De la misma forma, hoy muchas iglesias están sufriendo porque sus miembros se están quedando en casa cuando en realidad pueden ir a la iglesia a integrarse al cuerpo de Cristo, la iglesia sufre cuando un grupo de sus miembros se convierte en miembros virtuales o a distancia, eso no es posible.

Ahora, si observamos lo que dice Pablo, dime si la función del cuerpo de Cristo (la iglesia) se puede lograr por Facebook o YouTube:

14 “Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.

No somos unitarios viendo la reunión por Facebook somos comunitarios. Es más, las redes sociales paradójicamente en lugar de integrar a la persona a la sociedad, la aíslan.

19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?

Si una sola persona (el pastor) fuera el único miembro que está presente en la iglesia, ¿eso sería una iglesia?

20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.

Esta es la realidad: la iglesia no es solo el pastor somos todos.

21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.

Necesitamos la presencia de todos, todos somos necesarios, nos necesitamos los unos a los otros.

24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba,

Dios les ha dado recursos espirituales necesarios para la iglesia aun a los que consideran que no son importantes en la iglesia o creen que no son necesarios.

25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.

Cómo podríamos preocuparnos los unos por los otros si cada quien está en su casa, distante; cómo podríamos ponernos de acuerdo a la distancia, cómo podríamos adorar en comunión a Dios si cada quién estaáen su casa.

26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.

¿Cómo podríamos ver de mejor manera por los miembros que sufren?, ¿cómo podríamos tener esa comunión desde una iglesia virtual?.

27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.”

Sí somos miembros individuales con distintas funciones pero el cuerpo no va a funcionar si los miembros no están integrados en un cuerpo, y escucha esto, un miembro no va a vivir si es separado del cuerpo pues pegado al cuerpo está la Cabeza que es Jesús. Alejarse de la iglesia es alejarse de Jesús.

Hermanos, si la iglesia no se esfuerza en regresar a la normalidad como debe de ser, el Cuerpo de Cristo sufrirá, muchos miembros y muchas iglesias se enfriarán espiritualmente.

La iglesia debe regresar a la normalidad pronto, con sabiduría, con paciencia, con precaución pero regresar. Esta pandemia no se va a acabar mañana ni en este año, es necesario, es apremiante que la iglesia regrese a la normalidad.

En nuestros distintivos hablamos de la importancia de que la iglesia cumpla con dos ordenanzas y nueve medios de gracia que la iglesia de Cristo tiene que vivir: 

1.- Bautismo

2.- Cena del Señor

3.- Enseñanza de la Palabra de Dios

4.- Oración unos por otros

5.- Adoración

6.- Disciplina eclesiástica

7.- Ofrendar

8.- Ejercer los dones espirituales

9.- Comunión y compañerismo.

10.- Evangelización

11.- Ministerio personal a individuos

¿Cómo podríamos hacer esto vía internet?

Lo más triste es que los “congregantes virtuales” no pueden experimentar la presencia especial de Dios en la reunión presencial cuando su iglesia se reúne para adorar al Señor.

El autor de Hebreos en el capitulo 12 hace una diferencia entre el monte Sinaí y el monte Sion. Los judíos experimentaron la poderosa presencia de Dios de una forma aterradora y perturbadora al entregarles la ley mosaica en el monte Sinaí, de una forma muy distinta en el monte Sion que es una forma de expresar la reunión presencial de la iglesia cristiana. La iglesia, cuando se reúne para algo muy especial y espiritual a la vez, ángeles se congregan junto con los santos para adorar al Señor, los santos del Antiguo Testamento son una nube de testigos (Hebreos 12:1) que se reúnen en la reunión de la iglesia presencial:

Hebreos 12:18-24 Reina-Valera 1960

18 “Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,

19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,

20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;

21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;

22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,

23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,

24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”

Cuando la congregación de los primogénitos se congrega, los santos hombres y mujeres de Dios están presentes con millares de ángeles adorando al Señor, todos ellos dicen “voy, porque voy”. A la reunión llega Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Jacob, José, Moisés, Rahab, Gedeón, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas (Hebreos 11:1-32), todos para adorar al Rey, nuestro Dios. Eso, hermanos, no pasa por Facebook LIVE.

Quizá muchos desde casa están distantes de Dios como en el monte Sinaí y no están disfrutando de su presencia como en el monte Sion, esta es la gran diferencia entre congregarse de manera presencial o en línea. 

Hermanos, debemos de integrarnos sabiamente a esta nueva forma de vida, a esta nueva normalidad, pero debes considerar regresar a congregarte y entender la exposición de la Palabra de nuestro Señor:

Hebreos 10:25 Reina-Valera 1960

25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

Seamos sabios y fieles, si no puedes congregarte presencialmente por una razón de peso, Dios dará como siempre los recursos espirituales para fortalecer tu vida espiritual, para que no te enfríes y sigas siendo parte de la iglesia; pero si pudiendo ir a la iglesia no vas por miedo a contagiarte considera que quizá podrás mantener tu salud física quedándote en casa pero el no congregaste pone en gran riesgo tu salud espiritual:

Mateo 16:26 Reina-Valera 1960

26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Oró para que Dios te dé sabiduría, para que seas prudente y cuides tu salud y la de los demás pero también para que consideres lo importante de no dejarse de congregar aun en medio de esta severa pandemia.

Si Dios nos lo permite, nos vemos el próximo domingo en la congregación pero no es lo mismo sin ti.